El pequeño Zein no pudo contra la violencia armada de Hamás y menos todavía contra el colosal poder militar del Estado de Israel. Fue presa del odio, de la intolerancia que se fue incubando en Gaza y en Israel, y que terminó definiendo un curso de acción política en que la existencia del extremismo de Hamás servía a los intereses del extremismo de Netanyahu (2). La irracionalidad de ciertos adultos lo privó de su derecho a vivir.
Mientras niños y niñas como Zein siguen perdiendo sus vidas, algunos se han enfrascado a propósito de acciones en apoyo del pueblo palestino al interior de la Universidad de Chile, en sesudas reflexiones sobre la libertad de cátedra, la violencia de género, sobre si la Universidad está o no en crisis, y si la toma de determinadas sedes atenta o no contra los derechos de los que piensan distinto a los protagonistas de dichas ocupaciones. Los medios de prensa hostiles con lo público, con la Universidad de Chile en particular, han transformado esto en un barullo tal que la vida de Zein, y la de 15.600 niñas y niños está pasando a un triste último plano (3).
A nuestro juicio la cuestión trascendente históricamente no es el “acampe”, ni el rol de la máxima autoridad de la Universidad de Chile (cuestión, por lo demás, que se ha abordado antes y en distintas ocasiones), sino, la posición que cada uno de nosotros debe adoptar en relación con el asesinato y la muerte de miles de niñas y niños en la Franja de Gaza. Es que hoy, luego de demasiados meses de guerra, siguen muriendo niños como Zein Oroq en medio de un conflicto militar caracterizado por su desquiciamiento, ferocidad, deshumanización y una evidente disparidad política, económica, tecnológica y militar (4).
Mientras aquí discutimos si la rectora Devés es o no una heroína, si son o villanos los del “acampe”, en la tierra de Zein, Benjamín Netanyahu y Yoav Gallant, siguen descargando todo su odio, expresión de su falta de humanidad, sobre el pueblo palestino que consideran conformado por “animales humanos” (5): no reconocen límite ninguno en su operación de exterminio, ni siquiera después de que distintos organismos internacionales les exigieran detenerse y de que se las acusara de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Es evidente que se sigue el juego de Israel cuando en una misma declaración: 1. Se le condena; 2. Se condenan las acciones que atentan contra la convivencia universitaria: los hechos repudiados terminan teniendo todos ellos el mismo tratamiento, en circunstancias que tienen una evidente desproporción.
Se ha perdido de vista que el Estado de Israel ocupa una posición relevante en el mundo en términos de su PIB y de su ingreso per cápita. Está en la cúspide del desarrollo tecnológico y cuenta con un ejército que está entre los 20 más poderosos y letales del mundo. Ocupa un lugar de privilegio en el Oriente Medio en lo relativo a su esperanza de vida e índice de desarrollo humano. En el opera un sistema democrático. A pesar de todos estos factores, que indican que la universidad, la cultura, la ciencia, la tecnología, y el conocimiento tiene un lugar relevante en su sociedad, el Estado es también actor decisivo en una guerra de las más sanguinarias y dispar en la historia de la humanidad.
Se ha perdido de vista también que lo verdaderamente importante no es si existen o no universidades en el Estado de Israel que discrepen del Gobierno, del Estado, sino, que dichas universidades son actores en una sociedad que tolera el asesinato de niñas y niños a pesar de su sistema democrático y de su gravitante quehacer científico-tecnológico ¿Qué lecciones estaríamos dando a nuestros estudiantes si los enviamos a una sociedad en que se justifica este tipo de crímenes? ¿Por qué sería valioso para su proceso formativo conocer de primera mano a quienes niegan con sus prácticas el valor de la vigencia del Derecho Internacional de los Derechos Humanos? ¿Parece un escenario óptimo para aprender el valor de la tolerancia convivir con soldados que destruyeron las universidades de Gaza o, lo que es todavía más grave, asesinaron niños o niñas a nombre de la seguridad del Estado de Israel?
Al parecer no se ha evaluado que la toma de posición podría incluso transformar en irrelevante nuestra propia discusión interna sobre si mantener o no vigente los convenios con las universidades de dicho Estado: si la Universidad de Chile condena expresa y enérgicamente los crímenes de Gaza e informa a las universidades con las que se tiene convenios vigentes de su declaración ¿qué es esperable que ocurra como respuesta en medio de la persecución política contra este tipo de posiciones? (6) ¿Por qué dichas universidades podrían estar interesadas en enviar estudiantes y académicos a un país y una universidad que discrepa tan abiertamente con la solución estatal/gubernamental al problema de Hamás y de la Franja de Gaza? (7)
La coyuntura histórica nos obliga a no callar ante los crímenes de guerra y de lesa humanidad que están cometiendo agentes del Estado de Israel en la Franja de Gaza. Dicha condena debe ser autónoma de cualquiera otra, de modo tal que no quede duda alguna que la Universidad de Chile tuvo una postura clara, sin ambages ni doble lectura, sobre uno de los episodios mas sanguinarios de la historia reciente.
Por cierto, como hemos dicho, tal pronunciamiento debe ser independiente de cualquier otro, como la condena de las tomas o de la violencia de género, porque la combinación de todos estos elementos termina favoreciendo finalmente la posición del Estado de Israel: la condena de una toma, o la falta de respeto contra la rectora Devés, termina teniendo la misma relevancia que el asesinato de miles de niñas y niños palestinos. Es un error histórico caer en el oportunismo de los críticos del Estado docente, en la cantinela de la crisis de la Universidad de Chile, generando un debate que distrae de lo sustantivo.
Se ha acusado al Estado de Israel de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, lo que nos obliga como comunidad a pronunciarnos clara y enérgicamente contra dicho Estado. Dicho pronunciamiento es exigible sobre todo de las máximas autoridades unipersonales y colegiadas. Los miembros de la Universidad de Chile necesitamos saber si rectoría, el consejo universitario y el senado universitario están o no de lado de los niños, niñas, mujeres y hombres que hoy siguen siendo asesinados en la Franja de Gaza.
- https://www.latercera.com/mundo/noticia/tras-sobrevivir-a-un-ataque-aereo-un-nino-palestino-muere-durante-la-entrega-de-ayuda-humanitaria/GEB6N3JBCVGQ7MR4BQNPLO5CSE/#
- https://www.cbc.ca/news/politics/netanyahu-israel-gaza-hamas-1.7010035
- https://cnnespanol.cnn.com/2024/06/15/ultima-hora-de-la-guerra-entre-israel-y-hamas-en-vivo-noticias-y-mas/
- https://cambio21.cl/el-mundo/genocidio-israeli-naciones-unidas-alerta-que-mas-de-50-mil-ninos-en-la-franja-de-gaza-sufren-desnutricion-aguda-666ee46a3a21ad3dbd7ca103?#google_vignette
- https://elpais.com/opinion/2023-10-18/la-deshumanizacion-de-los-animales.html
- https://www.trtworld.com/magazine/israelis-criticising-gaza-bombings-pay-a-price-in-netanyahus-witch-hunt-16672047
- https://www.972mag.com/israel-gaza-war-political-persecution/